Meditando acerca de estas dos palabras he llegado a la conclusión que donde hay competencia hay escasez, no expansión, pues detrás de una competencia reñida lo que se persigue es precisamente quitar del medio, hacer brillar a una sola estrella en lugar de permitir brillar al cielo completo. Competimos porque creemos que ¨no hay suficiente de…¨ y tiene que ser mío para entonces tener poder, no hay confianza en el universo, obviamente porque nunca se nos ha enseñado a creer y vivir en armonía con y en él, y vamos por el mundo luchando y sacrificándonos por obtener cosas o suplir necesidades que simplemente ya están cubiertas por derecho de existencia; creamos esa gran mentira de competitiviad, control y poder, enviándole al orquestador de la vida la señal: “escaseo de”, y el universo cumple nuestro sentir y señal, para él no hay bueno ni malo, poco o mucho.
Por lo que más compites es lo que más crees que escasea en tu vida, por ejemplo, si estuvieras 100% seguro que hay millones de dólares para todos, tu mente funcionaría diferente, se relajaría y enviarías al universo la señal hay prosperidad, todo está bien, tengo de todo y lo estoy esperando y verías magia ocurrir, chaz, vendría a ti de cualquier forma, por cualquier vía, en cualquier momento.
Somos como todo ser vivo que existe en el universo y evoluciona, los pájaros cuando se despiertan no se preguntan si habrá insectos que comer o aire donde volar, u otro pájaro que me acepte y socialice, ¿Por qué nosotros sí? Si estuviéramos convencidos que hay abundancia, si estuviéramos conscientemente conectados a nuestra esencia, no lucharíamos por un trabajo, ni en el trabajo, no robaríamos, no nos faltaría tiempo, habría más amor, más vida, seríamos plenos y felices en el aquí y en el ahora. Haríamos honor a la verdad que reza que fuimos creados a imagen y semejanza de dios, cocreadores conscientes de nuestro mundo y evolución, somos expansión de luz, alumbrando al cosmos en su totalidad
Namasté