Como siempre, depende de… la realidad es que nacimos sin ellas, sin embargo desde el día 1 de nuestra gestación se hacen presentes. Fuiste ¿Deseada o deseado?, tu ambiente ¿ Próspero o escaso?,¿Cómo manejaban las relaciones en tu hogar, en tu escuela, etc? , tu cultura, tu barrio, tu nación…TU
Si, somos mientras la inconsciencia nos arropa una especie de veleta a merced de una de las herramientas más poderosa, la mente y su trabajo continuo PENSAR. Ella fue creada para eso y nunca lo dejará de hacer. ¿Entonces, qué hacer?
Conocer como trabaja esa herramienta y descubrir que es eso, una herramienta que bien usada transforma y crea tu felicidad, que hasta ahora la has tratado como un poder que cubre más allá de tus fuerzas y fe y que tiene vida propia. Pues la vida se la das tu, sin tu cooperación su función no tiene asidero ni destino.
Las creencias son en lo que crees, corrijo en lo que DECIDES creer..mmmmmm
Decidir, es una acción con voluntad propia que quiere decir que en algún momento decidiste, escogiste lo que vives, como lo lees, lo que vives es lo que creas con tus creencias y aunque estés pensando : yo no decidí que siempre mis parejas me dejen, yo no decidí estar siempre en escasez o nunca he escogido ser infeliz …pues lamento informarte que si, en algún momento lo aceptaste como parte de tu pauta de vida, lo bueno es que como se instaló se transforma, se saca la etiqueta y aprendes a vivir con tu esencia.
Para ello cuentas con muchas herramientas entre ellas flores de Bach, Aromaterapia, guía emocional, pero hoy resaltaré el poder de la Terapia del renacimiento o rebirthing, ésta terapia te conecta conscientemente con la acción innata de vivir : La respiración y aviva memorias para trabajarlas conscientemente y descubrir tus creencias limitantes, para trabajarlas desde el amor y la aceptación. Mi famosa teoría del balde que muchos conocen se activa más y se limpia, transformando tu realidad simplemente autoredescubriendo que viniste perfecto de fábrica y lo que hacemos es aprender a vivir con esa nueva realidad, un aspecto a la vez por supuesto y así vamos quitando capas como la cebolla hasta llegar cada vez más cerca del centro…del corazón de Dios.